
Qué significa ser terapeuta y sanador en el siglo XXI
por Virginia Vassallo KeKhut
El planeta Tierra llega al final de un ciclo. Hemos podido comprobar como no ha dejado de sucederse un evento evolutivo detrás de otro desde antes del año 2020. La energía de la tierra se sacude y cambia, cambiando, a su vez, la energía de todo lo que habita en ella. Todo aquello que necesita ser sanado se sanará, queramos o no. Porque de forma álmica inconsciente elegimos sanar junto con la ascensión del planeta.
Muchas personas experimentan su despertar espiritual en este nuevo milenio. La realidad del “todo” los sacude y abren los ojos hacia adentro, para expandirse hacia afuera, hacia el todo. ¿Pero qué es el “todo”? Como dijo Newton: “toda acción genera una reacción”, para ello todo debe estar “vivo”, tener una energía inherente. El universo es como un organismo vivo, todo de lo que se compone (galaxias, planetas, el vacio, polvo de estrellas, seres diversos, etc) está en constante cambio y evolución: explosiones, caos, vida y vuelta a empezar. Un bucle evolutivo donde todo forma parte de una máquina perfecta. Siendo, cada parte de la máquina tan importante, como la máquina en sí misma. Porque cada acción, de las partes por separado, por pequeña que sea, ejerce una reacción en el universo, que lo altera “todo” y viceversa.
Cuando “despertamos”, cuando tomamos conciencia, nos damos cuenta de cuán importante son nuestras acciones, pensamientos, emociones, energías, etc, que alteran el engranaje universal. Provocando las reacciones de ajuste, caos y cambio en él, y en nosotros. Entonces entiendes tu realidad como una totalidad, abandonado la dualidad que nos polariza y limita.
Algunos de los terapeutas y sanadores del siglo XXI experimentan una gran catarsis y su proceso de sanación y evolución se precipita. ¿Es este tu caso? Seguro que sientes la necesidad de avanzar, de salir de donde te encuentras, pero no sabes ni cómo ni hacia dónde. Comienzas a experimentar patrones o bucles repetitivos de conducta, tanto tuyos, como de los que te rodean. Y eso que tú creías sanado y/o superado, vuelve a repetirse, incluso, con más intensidad. En este punto del proceso es cuando recordamos que somos una pieza de la maquina del universo. Que todo lo que cambia en él cambia en nosotros y viceversa, sacudiendo sus cimientos y los nuestros.
Ahora imagina que todas las partes de es gran organismo vivo que es el todo universal, cambia al mismo tiempo. Los movimientos energéticos son infinitos e inmensos en su conjunto, e influyen en nosotros como una apisonadora.
¿Cómo empezamos a romper los bucles y patrones?
Lo más importante es tener presente qué es aquello con lo que vamos a trabajar. Si tenemos una idea vaga y necesitamos claridad, podemos
canalizar la voz de nuestra alma y ella nos ayudará con lo que necesitamos tratar.
Hecho esto, necesitamos entender que sanar es solo iluminar la oscuridad, nunca quitarla. ¿Te arrancarías un brazo si te doliera? No. Cambiarías el dolor por paz, alterando la energía volviéndola positiva. Las experiencias negativas forman parte de nosotros y lo que necesitamos hacer es integrar e iluminar.
Este es el objetivo de sanar, integrar lo que no nos gusta. Desde esa aceptación transformamos la energía para salir del dolor y vivir en el amor.
Ser terapeuta y sanador del siglo XXI implica un autoconocimiento profundo de nuestra misión de vida, de esa manera podemos detectar los patrones, bucles, karmas y traumas a tratar.
¿Cómo hallar la misión de vida? Si aún tienes dudas de cuál es tu misión hay varias formas en las que puedes conocerla:
–La primera forma es darte cuenta de en qué ayudas a tus clientes o pacientes en consulta. La vibración que emitimos es la que atraemos y
nuestros clientes pueden ser un reflejo de nosotros. Siendo sus problemas o su misión de vida, parecidos a los nuestros.
–La segunda forma para saber tu misión de vida es canalizarla. Bien tú mismo conectas con tu alma o con seres de luz (ángeles, maestros, ascendidos, etcétera) o bien alguien de tu confianza la canaliza para ti. Teniendo este conocimiento ya sabes lo que puedes tratar.
Como seguimos siendo una pieza de puzzle, todo lo que tú cambies y sanes en ti, modifica el puzzle de donde formas parte. Eso, automáticamente, altera y modifica el todo que te rodea. Es decir, sanas en todos tus yoes, en todos los planos dimensionales, el pasado, el presente, el futuro, las realidades paralelas, etc, también en el entramado del que formamos con la realidad del “todo”, se altera y cambia.
De esa manera pasamos a un nuevo estadío de sanación, tanto nosotros, como todo lo que somos y lo que nos rodea. Subiendo nuestra vibración y por ende la de todo a la vez (personas, yoes, vidas, el planeta, dimensiones, etcétera) Entrando, de esa manera, en un nuevo bucle espiritual.
Donde nuestro propósito es entender, asumir, integrar e iluminarnos, para ascender, acompañar, ayudar y guiar a un planeta cambiante, lleno de habitantes que despiertan.
No te asustes, pasarás por momentos oscuros, si forma parte de tu misión de vida. Pero los diamantes sólo existen, si un trozo de carbón es sometido a una gran presión de forma constante. Pero recuerda que tu alma eligió el carbón, la presión y el diamante.
Bienvenido al siglo XXI.
Virginia Vassallo KeKhut.
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