¿Existe la vida después de la muerte?

por Luz Arnau.

Platón, en “La República”, hace más de 2000 años, relata el mito de un guerrero de Babilonia caído en batalla, que días después de ser retirado junto al resto de cadáveres, no había iniciado el proceso de descomposición. Más tarde despertó en su pila funeraria, poco antes de ser quemado y consigue recuperarse de sus heridas. Cuenta cómo su alma se separó de su cuerpo, viajando junto a otros y siendo consciente en todo momento de que había fallecido. Que llegó a un lugar de maravillas por dos pasillos que llevaban a los cielos y que no sabía cómo su alma había regresado a su cuerpo y había despertado en su funeral.

El mito de Er, es la primera ECM (Experiencia Cercana a la Muerte) de la que hay referencia por escrito, al menos de manera literal. La Biblia, textos árabes, sánscritos y sobretodo budistas ya hacen referencia a ello. Conocimientos que se pasaron primero de manera oral para ser luego manuscritos, como “el Libro Tibetano de los Muertos”, pero a los cuales sólo tenían acceso unos pocos.

La ECM (Experiencia cercana a la muerte), fue un término acuñado por el filósofo, médico y psiquiatra estadounidense Raymond Moody en su libro “Vida después de la vida”, primer estudio serio sobre el tema. Libro que empieza con la más esencial de las preguntas:

¿Qué es la muerte?

Sin duda los que más conocen sobre este fenómeno son los profesionales sanitarios que trabajan con enfermos terminales. Algunas enfermeras, como la británica Penny Satori de amplia experiencia definen la tesis de que la consciencia es independiente del cerebro. Estos trabajadores son los que más cerca están de estos casos, los que aportan más conocimiento y datos y los que en última instancia y con cierta preparación ayudan a dar el paso final sin miedo, a los pacientes. Curioso es que el 75% de los pacientes esperan a estar solos en la habitación para morirse, como si de algún modo fueran conscientes de su viaje.

Y como bien se sabe ahora un 75 % de las personas que están junto a los pacientes terminales o que acaban de fallecer experimentan de un modo u otras experiencias semejantes, como si existiera una interconexión como si el difunto los hubiera elegido para ese momento en el cual la vida en el cuerpo físico se desvanece, llevarse parte de la carga emocional o Karma de la persona que les está acompañando. Podemos encontrar miles de casos documentados y todos cuentan experiencias similares.

Las etapas de una ECM acostumbran a ser muy semejantes:

Estos son los pilares básicos, pero también:

  • En muchos de los casos relatan haber estado en ciudades de luz, brillantes, o en bibliotecas (el denominado archivo Akáshico), donde experimentan la plenitud del conocimiento, una forma de iluminación que les prepara para entender su posterior regreso a la vida y el camino que tenían establecido en ella.
  • Hay quienes ven a otros vagando en la oscuridad. Gente perdida o enraizada por un motivo u otro al plano terrenal. Aferradas a personas, adicciones, costumbres o incapaces de encontrar la luz. Sumidos en un limbo.
  • En muchos casos se da lo que se denomina “espejo por un solo lado”, la persona ve y oye a los demás, pero para los otros no es escuchada ni vista.
  • Suele darse la sensación de separarse del cuerpo, mirarse y no reconocerse al principio.
  • El juicio del que hablan algunos, aquí se representa con la visión de los acontecimientos de la vida en un instante, de lo hecho con amor o no, bueno o malo de todo lo que queda por hacer y lo ya hecho. Un juicio personal. “No juzguéis y no seréis juzgados”, “El espejo del Karma”.

La fenomenología es amplia, por ejemplo, del 15 al 20% de personas que sobreviven a una parada cardíaca asegura tener una ECM. El 39% dijeron tener percepción de conciencia, pero no recordar nada específico. Con las personas que salen de un estado de coma, o de muerte clínica, sucede lo mismo. ¿Son solo los que lo recuerdan? Los que, si lo hacen, narran sensaciones y percepciones increíbles que en cierto modo nos recuerdan a un cuento de hadas, el viaje a otro mundo, a otra realidad, que existe pero que normalmente no vemos. Los cuentos populares nos hablan de experiencias parecidas todo el tiempo, Blancanieves, La Bella Durmiente, por poner dos ejemplos evidentes.

Los científicos más escépticos lanzan decenas de hipótesis, “Anóxia”, falta de oxígeno en el cerebro, los psicólogos hablan de regresiones al momento del parto, pero eso se desmorona con los niños que nacen por cesárea. También hablan de un proceso de des-personalización, una disociación que actúa como defensa ante la amenaza de la muerte, una especie de resistencia adaptativa de la mente. Otros creen que es debido a las creencias religiosas, pero eso no explica por qué las ECM suceden en todo el mundo desde el albor de los tiempos, independientemente del credo.

Pero no todos los científicos son tan escépticos.

Sam Parnia junto a Peter Fenwick lideran la investigación científica AWARE, sobre la conciencia durante la resurrección (“Human Conconscionsneus Project”). Documentan ECM en 25 hospitales de América del Norte y Europa.

La famosa fundación John Templeton donó 5 millones de dólares a John Martín Fisher, eminente profesor de filosofía, para el estudio en profundidad de las ECM es lo que se ha venido en llamar “proyecto inmortalidad”.

Robert Lanza, físico americano y defensor de esta teoría del biocentrismo, niega que el espacio y el tiempo sean lineales. La teoría ya es compatible con la mecánica cuántica y su particularidad de la naturaleza dual partícula/onda de la luz según demostró el experimento de Young. Lanza afirma que lo mismo ocurre con el espacio y el tiempo. Lanza afirma, no muy lejos de lo que dice el Budismo, que la muerte no existe, que está creada por nuestra mente. Que la conciencia de una persona determina la forma y el tamaño de los objetos del universo. Dimensiones espacio temporales. Esto nos lleva a la Teoría de Cuerdas y los mundos paralelos. La inmortalidad sería una realidad. ¿Vivimos en un mundo sin fronteras?

En las Islas San Mauricio Allan Mcquormad, aventurero y vividor, le picaron 5 medusas avispa. Fue trasladado al hospital, pero nada se pudo hacer por su vida. Él vio y oyó desde fuera de su cuerpo a los médicos decir que había muerto, mientras veía a su lado a su madre fallecida hacia años rezando por él. Explicó que se encontraba en total oscuridad y que vio un túnel que conducía a la luz. Al llegar a ésta, se le pregunto si quería regresar y el respondió afirmativamente. La luz le dijo que debía vivir de otro modo. Volvió a la vida ante la sorpresa de los médicos e hizo un cambio radical en su vida. Una constante en estos casos.

Pero el caso más espectacular sin duda es el de la india Anita Moorjani, en 2002 se le diagnosticó un linfoma. La metástasis se apoderó de ella. En febrero de 2006 con su cuerpo lleno de cánceres de gran tamaño, entró en coma y su familia fue informada de que fallecería. Pero 3 días después despertó mejorada. Los cánceres habían remitido un 70% y quedó libre de enfermedad al cabo de un mes. A falta de explicación lógica los médicos atribuyeron la increíble recuperación a la quimioterapia. Pero a día de hoy el milagro sigue siendo inexplicable. Anita relata que durante el coma se encontró fuera del cuerpo, vio y escuchó a los médicos, vio a su hermano venir a verla en el avión. Todas las situaciones y conversaciones, aunque hubieran pasado lejos de donde se encontraba fueron corroboradas por todos. Dijo haber ido a otra dimensión, rodeada de seres espirituales y ser abrazada por una sensación de amor y paz que le hizo comprender su cometido en la vida. En la actualidad predica un mensaje de paz y amor para los demás.

También se podría poner como ejemplo el caso de Crystal Mcvea, quizás el más conocido en USA, autora de la autobiografía “Despertar en el cielo” de 2009.

El hombre continúa en busca de respuestas, en el CERN (Gran acelerador de partículas europeo) han conseguido la que denominan la sopa primordial del universo, llamada: “Plasma de Quarks-Gluones” y se comportaría como un líquido y no como un gas. Un océano de moléculas como el agua, sino de partículas fundamentales. La dimensión el cual nos ha tocado desplazarnos es como un enorme océano. Según el Hinduismo el universo no está hecho de átomos sino de elementos: Éter (Akasha), aire (Vaiu), fuego (Agni), agua (Apa), tierra (Prithvi).

Finalmente, la vida surge siempre del agua y vuelve a ella de un modo u otro. ¿O es a la tierra? Si como es arriba es abajo, es lógico pensar que nuestros actos y nuestra mente van a tener un efecto tanto arriba en lo mental, espiritual como en lo material. Al parecer no se nos juzga al menos del modo tradicional, pero venimos con un cometido. En el plano físico, mental, energético y astral si se desea, en lo vibracional, se fusionan, y cuando nuestra materia se descompone va unida a un rango de vibración. Cuando la materia vuelve a la tierra, de ella crecerá, quien sabe si una flor, un Roble, un animal o una tosca piedra. ¿No sucede lo mismo con la mente, con el espíritu?

Hoy se sabe que en la antigüedad e incluso hoy día en algunas tribus, no se distinguía el color azul. No vemos la luz ultravioleta, no oímos gran parte de las frecuencias de sonido. ¿Significa eso que no existen?

Vivimos en un plano de la existencia en la que somos un mero transistor, con el dial sintonizado casi todo el tiempo en el mismo canal, en la misma dimensión. Un/a médium y/o clarividente tiene ese dial sintonizando de distinta manera al del resto de los demás, pudiendo ver y oír esas otras dimensiones, esos otros mundos paralelos, la mayoría de veces de manera involuntaria. Esos paragnostas necesitan una toma de tierra para mantener la mente lúcida. Es el juego de naipes que nos ha tocado vivir a algunos de nosotros en esta vida…

La muerte como símbolo en las cartas del Tarot, olvidándonos de sus connotaciones negativas, nos habla de cambio, de transformaciones profundas, de proceso evolutivo. De que la materia vuelve a la tierra, que la muerte es tierra y por tanto material, lo que muere es la materia no el espíritu. El 13 significa muerte y renacimiento, cambio, lo que nos lleva a pensar el despertar a la vida y en la resurrección. La calavera, es la caducidad de nuestra existencia material y la guadaña no solo hace referencia a Saturno Dios del tiempo sino a la siega, cosechar lo sembrado, una nueva esperanza de renacimiento. La muerte solo es un cambio no es el final.

En el sufismo hay autores como Rûmi, en cuya obra, aparece la muerte como despertar.

Si algo le debe el mundo al Budismo es la concepción de que la vida y la muerte están únicamente en la mente.

Debemos perder el miedo a la muerte, se nos educa en la idea de que sólo debemos creer lo que perciben los sentidos ordinarios, pero hay mucho más allá. Debemos comprender que nuestra mente tiene dos posiciones, mirar hacia fuera y mirar hacia dentro. Budista en tibetano significa (“Nangpa” persona interior), persona que busca la verdad dentro de la naturaleza de su mente, liberarse del miedo a la muerte y conocer la verdad de la vida.

La meditación es el primer camino, observar la menté, sentir como piensa, sentir como razona, si consigues esto conseguirás ser consciente de tu vida.

El estudio a nivel científico de las ECM demostrará fehacientemente algún día la existencia de la vida después de la vida y por consiguiente de la reencarnación, pero de momento todo son teorías, aunque cada vez más científicos se interesan por el tema, consultan a personas como es mi caso con una percepción diferente al resto de los humanos y como en el Tíbet se dice:
“las teorías se asemejan a los remiendos de un abrigo, tarde o temprano se acaban desgastando”

Se enseña a las personas que se muere y ese es el final, cuando en realidad se debe enseñar a vivir y aceptar que la muerte es un paso más de la vida, después queda aún mucho por andar…

Muchas gracias por acompañarme en estas líneas.
Nos encontramos la próxima.
Con cariño,

Luz Arnau.

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