Cambiar es duro… a veces demasiado duro…

Cuando te decides a hacer cambios, como por ejemplo los que te propones a final de año, los típicos suelen ser: adelgazar, ir al gimnasio, salir a caminar, aprender inglés, dejar de fumar. Otros pueden ser: ocuparse del desarrollo interior, elevar la energía, tomar talleres o cursos de desarrollo personal o de sanación holística…

La primera semana va genial, la segunda ya empiezas a fallar, la tercera has abandonado
.¿Por qué? ¡Si tenías tantas ganas e ilusión!

Es esencial que comprendas por qué es tan duro cambiar si es que quieres perfeccionar el proceso de hacer cambios significativos en tu vida. 

La respuesta a por qué es dura completar el cambio, alcanzar la meta, es que en el proceso entra en juego el ego y el instinto de supervivencia. 

El ego está muy mal visto, yo siempre digo que sin él no podríamos vivir en la tierra. El ego es tu individualidad en este mundo, por lo tanto es necesario, entonces ¿Qué mejor que hacerlo tu aliado?

El ego tiene una misión primordial: mantener al ser humano a salvo.

Tu instinto de supervivencia es parte de tu ego.

Ante esto tienes dos opciones: o llegas hasta el final o te evades. Lucha o evasión, algo que muy valioso en la época de las cavernas, hoy en día trae problemas.
Imagínate que has optado a una buena promoción en tu lugar de trabajo, pero no te la dan. Esto te enfada pues la tenías tan segura que ya habías hecho planes sobre cómo mejoraría tu vida, tu familia estaba contenta y cambiaríais cosas. Muestras tu enfado fuertemente ante tu jefe, finalmente pierdes tu puesto.

En este ejemplo la persona maneja la situación desde el instinto de supervivencia del ego, el cual ante un mamut sería de valentía, pero ante un jefe…

Tú puedes invalidar ese instinto de supervivencia si comprendes como funciona y le das al ego algo nuevo que hacer.

Hay que comprender que el instinto de supervivencia se dispara con todo lo nuevo. No solo cuando algo inesperado ocurre, sino también cuando tú  decides hacer algo diferente. 

Al principio, ese instinto se activa para ponerte en alerta ante un nuevo ambiente o ante tu decisión de hacer algo nuevo.

Tu ego de entrada piensa en cualquier cambio es solo temporal, porque… ¿por qué ibas a querer tú hacer algo tan loco que suponga un cambio en tu vida?

Esta es la razón por la que tu primera semana de dieta, practicar la meditación o empezar un proyecto de negocio es tan excitante y fácil. El ego piensa que estás haciendo algo nuevo que será solo temporal y pronto volverás a la “normalidad”. Sin embargo, si tú persistes en esa nueva acción el instinto de supervivencia lanza todas las alertas rojas que pueda para que pares. 

En vez de un cambio temporal, tu ego se da cuenta de que sigues en el camino hacia lo desconocido. Porque opera desde el principio de: “nuevas acciones = consecuencias desconocidas”, por tanto no sabrá cómo “defenderte”. Incluso cuando tú sabes que esas acciones tendrán buenos resultados para ti. 

La persistencia crea resistencias y es por esto que empiezas a fallar hasta que finalmente abandonas.  
Si tú persistes en esa nueva acción y vas más allá de la resistencia egoica (normalmente en un mes o dos), tu instinto de supervivencia se inclinará hacia la “lucha” en vez de hacia la “evasión”.
Si no comprendes la resistencia egoica lo más seguro es que la mal interpretes como “algo anda mal” “esto no funciona para mi” o “este no es mi camino”. Todo esto entra en el juego del ego quiere que tú hagas, que no es ni más ni menos que pares esa tontería de hacer cambios en tu vida. 

Ante esto puedes tomar una nueva perspectiva:
Resistencia significa que la transformación (el cambio) está ahí, al ladito, de hecho cuánta más resistencia sientas más fuerte es el potencial de transformación que estás consiguiendo. Cuando no hay resistencia significa que no estás evolucionando, no estás creciendo, no estás haciendo ningún cambio en tu vida, por lo tanto LA RESISTENCIA ES BUENA.
En vez de reaccionar hacia la resistencia con un “debe haber algo mal con lo que estoy haciendo” o “esto no es para mi” o “este no es mi camino”, etc. Por el contrario puedes ver la resistencia como un indicador de que lo que estás haciendo ¡funciona!
Si conscientemente observas tu ego puedes incluso admirar su creatividad para inventarse cosas para que pares. 

¿Y sabes qué? Sí tú persistes en el cambio que te has propuesto hacer,  lo consigues. Y cuando lo consigues…

En el momento que te plantees cambiar otra cosa, crear un nuevo hábito… el ego volverá con nuevas estrategias de resistencia para hacerte parar. 
Nunca somos inmunes a la resistencia. Pero si sabemos que estará ahí sin suponer en qué forma aparecerá,  ¡no podrá pararte!

Ante una acción comprometida la resistencia se desgasta. 

La mayoría de las veces la resistencia aparece cuando estás contemplando la posibilidad de cambiar algo, cuando estás planeando qué hacer y gana si al comenzar te dejas vencer en la segunda o tercera semana. Cuando estás en medio del proceso entras en el fluir. 

Una vez que verdaderamente tomas acción, no una acción de dos minutos, no una acción preparatoria, cuando tomas una acción COMPROMETIDA, entonces te sentirás realmente bien. 

La resistencia aparece de muchas maneras, recuerda que el ego es muy creativo, como: desmotivación, confusión, quedarse en blanco, olvido, necesidad de investigar antes de adentrarte en la acción, luego nunca entras. Planear, planear, planear, al final no haces nada. Procrastinar… etc.

Para superar la resistencia la mejor práctica es la OBSERVACIÓN, mírate y hazte esta pregunta: ¿Cómo las ingeniará mi ego para obstaculizarme y hacerme parar ante esta decisión de cambio que he tomado?

Te envío mucha luz, mucho amor y mucha fuerza para que persista en tu decisión de cambiar algo en tu vida 🙏🏼

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